La modernización del core bancario: clave para la supervivencia en la era digital en 2025
Colombia-2024. La transformación digital redefine las expectativas de los consumidores, las instituciones financieras enfrentan un desafío crucial: modernizar sus sistemas centrales para mantenerse competitivas o arriesgarse a quedar relegadas frente a competidores más ágiles y centrados en lo digital, ese será el reto en 2025.
La modernización del core bancario, elemento central de las operaciones de cualquier banco, no es una tarea menor. Implica riesgos significativos, desde altos costos hasta interrupciones operativas. Sin embargo, no avanzar en esta dirección podría ser aún más costoso.
Según un estudio de IDC, los sistemas bancarios obsoletos costaron más de 36 mil millones de dólares a las instituciones financieras en 2022, cifra que podría superar los 57 mil millones de dólares para 2028.
Ante este panorama, la modernización incremental y estratégica del core se presenta como una solución viable para abordar estos retos.
El cambio hacia un paradigma digital en la banca no es una opción, sino una exigencia del mercado. Una encuesta reciente de Cornerstone Advisors reveló que el 60 % de los líderes bancarios ven a las fintech nativas digitales como una amenaza significativa para sus negocios, un aumento frente al 47 % registrado en 2023.
Además, un informe de American Banker y Galileo Financial Technologies destacó que casi la mitad de los ejecutivos de nivel C-suite consideran prioritario implementar una plataforma bancaria de próxima generación en el corto plazo.
De acuerdo con Abdul Assal, Head of Business Development for Galileo Brasil: «la modernización de soluciones del core es necesaria para reducir costo, integrar datos y aprovechas mejor las posibilidades en un mundo cada vez más conectado”.
Este principio no solo refleja una necesidad tecnológica, sino una oportunidad para maximizar la eficiencia operativa y generar valor en un entorno globalizado.
Definir objetivos claros y compartirlos con todas las partes interesadas es un paso esencial. Esto asegura que la organización esté alineada y evita que motivaciones descoordinadas descarrilen el proyecto.
Si bien renovar un core bancario puede parecer desalentador debido a los costos iniciales y posibles interrupciones, no actuar tiene consecuencias aún más graves.
Los bancos que operan con sistemas obsoletos enfrentan costos operativos hasta diez veces mayores que aquellos que han implementado tecnología de próxima generación, según un análisis de McKinsey.
Además, el uso de tecnología heredada dificulta la capacidad de competir en un mercado donde los consumidores exigen experiencias digitales ágiles y personalizadas. Para los bancos, esto significa perder terreno frente a actores más innovadores y eficientes.
En lugar de abordar una transformación total de sus sistemas, muchas instituciones están optando por una modernización progresiva. Este enfoque permite avanzar paso a paso, evaluando el impacto y los beneficios de cada etapa antes de proceder a la siguiente.
Una estrategia destacada dentro de este enfoque es el core paralelo, donde los bancos implementan un sistema central moderno que opera en paralelo a su infraestructura heredada. Este modelo, que según IDC será adoptado por el 40 % de los bancos globales para 2026, permite a las instituciones probar la nueva tecnología en un entorno controlado, comenzando con un subconjunto limitado de servicios o clientes.
A medida que se valida la eficacia y confiabilidad del core paralelo, los bancos pueden migrar gradualmente más operaciones, reduciendo riesgos y maximizando el retorno de inversión.
La modernización del core bancario no es solo una mejora tecnológica; es una necesidad estratégica para mantenerse relevantes en un mercado donde la agilidad y la innovación marcan la diferencia. Las instituciones que opten por un enfoque incremental estarán mejor posicionadas para satisfacer las demandas de los consumidores, competir con fintechs emergentes y reducir costos operativos a largo plazo.
En un sector donde adaptarse es clave, la modernización del core bancario no es solo una opción para competir, sino una garantía de supervivencia.