23,8% de los palmicultores en Colombia son afrodescendientes: la palmicultura es un sector clave para la transformación de los territorios
La palmicultura ha brindado grandes oportunidades para los territorios afrocolombianos, no sólo como fuente de ingreso, sino también en la consolidación de la región en materia ambiental y social.
El mayor porcentaje de los palmicultores afrodescendiente están ubicados en Tumaco (Zona Suroccidental), representando el 88 % de su población y en el municipio de María la Baja (Zona Norte) con un 40 % del total de palmicultores.
Bogotá, 27 de mayo de 2024. En el sector de la palma en Colombia, los afrodescendientes representan el 23,8% del total de palmicultores del país, siendo así esta población un segmento clave para el desarrollo de este renglón económico.
La mayoría de los palmicultores afrodescendientes (88%) están asentados en Tumaco (Zona Suroccidental), seguido por la zona Norte, específicamente en el municipio de María la Baja, con un 40% de la comunidad dedicada a la palmicultura.
De acuerdo con Alcibiades Hinestroza Córdoba, Líder de Asistencia Técnica de Cenipalma, la palmicultura ofrece a los territorios afrocolombianos no solo una fuente de ingresos, sino también la posibilidad de consolidar socialmente las regiones.
En este sentido, la palma se ha convertido en un sector generador de bienestar económico para los territorios poblados por comunidades étnicas, afrodescendientes e indígenas, que por años han sido golpeados por la violencia y la economía ilícita.
“La palmicultura ha roto con esa dependencia de economías ilícitas e informales y hemos podido observar, a través de diferentes indicadores socioeconómicos, que las familias afrodescendientes dedicadas a la actividad han logrado importantes avances en la superación de las condiciones de pobreza”, explicó Hinestroza.
Así, la incidencia de la pobreza multidimensional en la población palmicultora afrocolombiana es actualmente el 11,32 %, según datos de Cenipalma, mientras que, de acuerdo con estudios basados en datos del censo 2018, en el total de la población afrocolombiana del país este porcentaje es del 43%. Esto, en productores que, en promedio, cuentan con propiedades de 12 hectáreas y siembras de palma de 9,5 hectáreas.
De acuerdo con Hinestroza, es primordial continuar trabajando de la mano con el Gobierno Nacional y los entes territoriales en este y otros frentes, con el propósito de mejorar estos indicadores.
Alternativa económica sostenible
El líder de asistencia técnica de Cenipalma aseguró que la consolidación de la palmicultura como una alternativa económica sostenible para los diversos territorios palmeros es una prioridad.
Es por esto que desde Cenipalma y Fedepalma se han implementado estrategias que se enfocan a entender y atender las necesidades propias de los productores, basados en el conocimiento de sus condiciones sociodemográficas y en ejercicios participativos que se desarrollan en cada una de las zonas.
El objetivo es conocer el perfil social y cultural de los productores como base para generar alternativas de asistencia técnica que garanticen la inclusión de estas zonas en los mercados de aceite de palma sostenible de Colombia y hacer así de la palmicultura colombiana una ciudadana del mundo articulada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la adaptación al cambio climático.
Esto, se ha logrado con los nuevos modelos de asistencia técnica, enfocados en la sostenibilidad ambiental y social, los cuales permiten ampliar los efectos positivos de la palmicultura a otras esferas de la vida social.
“Se busca hacer énfasis en una palmicultura con sentido humano, donde es fundamental el bienestar general de los productores, los trabajadores y sus familias”, concluyó Hinestroza.